LA UE PONE PUNTO Y FINAL AL GREENWASHING
En los últimos años, muchas empresas se han sumado a maquillar su imagen haciendo publicidad de una conciencia ambiental inexistente, es decir, greenwashing. Así que el pasado mes de Enero el Parlamento Europeo aprobó una ley para combatir esta práctica cada vez más extendida.
¿Cómo nos afecta el greenwashing?
El hecho de engañar a los consumidores aprovechando el cambio de mentalidad y conciencia ecológica que han estado adquiriendo durante estos últimos años, puede acabar siendo contraproducente para el planeta.
Si no se pone una normativa clara, estas empresas que se han acostumbrado a utilizar afirmaciones engañosas nos afectarán de la siguiente forma:
1 – Las empresas realmente implicadas con un cambio de paradigma perderán credibilidad.
2- Los consumidores desconfiarán de cualquier afirmación relacionada con la conciencia ambiental.
3- El planeta paga y pagará las consecuencias de esta mala gestión.
Lo que podemos hacer de manera individual como consumidores, es estar bien informados.
- Cuidado con el color verde de folletos y etiquetas. Este color siempre ha estado asociado a “sostenibilidad” y puede confundirse.
- La afirmación «neutro en emisiones de carbono». Si una empresa está relacionada con el carbón, gas o petróleo, es imposible que sea neutra en carbono.
- Afirmaciones vagas y genéricas. Hay empresas que utilizan expresiones demasiado genéricas como “eco” u “orgánico” que no se sostienen en ninguna evidencia.
- Investiga a la empresa. Para ver qué propósitos tiene realmente y cuáles son sus acciones.
- Conoce las certificaciones. Existen logotipos y etiquetas medioambientales que sólo se pueden adquirir si una entidad independiente las otorga, pero es necesario saber cuáles son.
De todas formas para conseguir revertir la situación, la Unión Europea ha decidido ponerle mano. Así que añadirá a la lista de prácticas comerciales prohibidas, una serie de praxis habituales en marketing relacionadas con el greenwashing y la obsolescencia programada de algunos productos.
Algunas de estas nuevas normas se focalizan en realizar un etiquetado de los productos más claro y que no dé pie a la confusión. Se pretende prohibir la utilización de afirmaciones ambientales generalistas como «respetuoso con el medio ambiente», «eco», «sostenible», «natural» o «limpio» sin tener pruebas suficientes.
Debido a la gran proliferación de etiquetas de sostenibilidad, la UE también quiere regular su utilización y sólo permitir aquellas etiquetas basadas en los sistemas de certificación oficiales.